martes, 18 de febrero de 2014

Noche solitaria

Era una noche estrellada, perfecta para estar acompañada, pero su realidad era otra. Se recostó sobre el césped para admirar el cielo y pensar. No podía creer todo lo que había pasado y perdido. Aquellos días felices habían quedado atrás y su futuro era incierto.
Se sentía pequeña en la inmensidad de la noche, desprotegida, y no tenía quien la ayudara. Creció una angustia en su pecho y las ganas de llorar la invadieron por completo. Sabía que ésto era sólo una etapa, que debía ser fuerte ante su soledad, paro las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos de una manera incontrolable. Giró, quedando de lado, y se abrazó el cuerpo, dejando que las lágrimas cayeran y limpiaran su alma.
Era su peor momento, se sentía vulnerable y odiaba demostrarlo, porque ella siempre había sido fuerte. Pero esa noche la situación era otra, la soledad y la angustia la habían consumido


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