sábado, 29 de noviembre de 2014

La decisión del corazón herido

Llego a ese momento en que el dolor se clavo en su pecho como una daga, rompiendo su corazón en dos, dejándolo totalmente destrozado.Era un sufrimiento indescriptible, nada que el llanto pudiera desahogar, nada que el tiempo pudiera curar. Se dejo caer en su cama, sintiendo la presión en su pecho. Quería gritar como si no hubiera mañana, hasta que sus cuerdas vocales no resistieran más. Necesitaba liberal el dolor, sacárselo de algún modo de su interior, pero parecía imposible. Sentía cada vez más fuerte el latido de su corazón, como si quisiera salir de su cuerpo, y no lo culpaba, ya había sufrido demasiado. Trato de calmarse, de respirar pausadamente para relajarse, pero la tranquilidad no era algo que podía lograr en ese momento. Su mente divago en distintos caminos para aliviar ese dolor, algunos más dramáticos que otros, pero ninguno le parecía el adecuado. Tenía que encontrar una salida o la situación la iba a terminar consumiendo, aunque tal vez ésa era la mejor manera de poner un final a todo. Si llegaba a suceder nadie iba a extrañarla, ni a preguntar por ella, no había dejado marca alguna en las personas que conoció a lo largo de su vida. Todas se habían alejado de ella, algunos más pronto que otros, pero al final estaba sola. Por eso sabía que nadie iba a notar su ausencia, sólo sería una persona más que desapareció de la noche a la mañana sin dejar rastro. Se dio cuenta de la locura que estaba pensando y rió amargamente. Esa idea era de los que se habían dado por vencido,de los cobardes, y bien sabía que no era así. No podía dejar la vida de lado, porque aunque era uno de sus peores momentos, podía aprender de la situación y mejorar. Sabía que levantarse y volver a sonreír no era tarea fácil, que iba a tomar su tiempo que la herida dejara de doler, pero ese camino era mejor que dejarse abatir por la situación.

lunes, 13 de octubre de 2014

Y se quedó allí sentada, mirando el horizonte, contemplando los maravillosos colores del cielo. En un momento se puso a pensar que habría más allá, que lugares debía recorrer y a quienes conocería en el camino. Deseaba volver a empezar, ir a donde nadie la conociera y comenzar de cero, dejar ésa vida que tanto la entristecia atrás. Pero tenía miedo, el futuro era incierto y debía afrontarlo sola, sin saber si lo iba a poder soportar. A pesar de todo tomo una decisión,empaco sus cosas y se marchó sin mirar atrás. Estaba asustada por lo que le deparaba el destino, pero sabía que hacia lo correcto y no podía acobardarse. El mundo estaba por delante y debía tomar ese camino. Si se aferraba a su pasado sólo iba a caer en un pozo profundo, del que nunca saldría. Así comenzaba el primer día del resto de su vida, había dejado todo atrás, empezaba a vivir de nuevo. Pero, ¿era realmente así? ¿había sido tan fácil librarse de todo su pasado?. Ella pensaba que si, pero no iba a pasar mucho tiempo para que sus fantasmas volvieran para perseguirla.

sábado, 11 de octubre de 2014

Amor perdido

Entre las paredes aún se escucha tu voz, que me llama susurrando mi nombre. Miro hacia cada rincón, pensando que voy a encontrarte. Pero es sólo la imaginación que juega con mi mente. Y aunque ya ha pasado mucho tiempo, parece que todavía no te has ido.

jueves, 26 de junio de 2014

La duda

Su mente había pensado todos los escenarios posibles, con todas las respuestas probables, y eso había enredado aun más sus pensamientos.Tenía una idea concreta de lo que debía decir, pero todos esos miedos dentro suyo la frenaban, hacían que guardara todo en lo más profundo de su corazón, escondiendo ese sentimiento del mundo.
Sabía que tenía que tomar una decisión, la cual no iba a ser fácil, pero no podía soportar más esa duda. Cada vez que pasaba un momento junto a él se torturaba, porque su corazón le gritaba pidiéndole que le dijera la verdad, pero su mente le pedía que fuera prudente y esperara un poco más. Esto generaba un gran conflicto en su interior, y a causa de esto se pasaba las noches llorando hasta quedarse dormida. Pero ni en sueños podía estar tranquila, porque él se aparecía haciendo esas promesas que ella quería escuchar en la realidad, pero sólo era producto de los sentimientos que albergaba en su corazón.
Esto hacía que se despertara más confusa y que el círculo vicioso nunca terminara. ¿Qué tenía que hacer?¿Enfrentar la realidad y arriesgarse diciéndole lo que sentía, aún sabiendo que podía rechazarla? ¿O debía esperar a que él demostrara algún tipo de interés?. Eran los dos extremos del asunto, para ella no había grises, por que si ella lo invitaba a tomar un café y él se negaba, en definitiva, se estaba arriesgando como si se estuviera declarando.
Se dijo a sí misma que este problema debía acabar, que no podía seguir así por una persona, que debía afrontar las cosas y aceptar las consecuencias que su decisión trajera.

jueves, 19 de junio de 2014

Sueño imposible

Tomo su mano y la beso suavemente, mirándola a los ojos. Ella quedo hipnotizada ante sus encantos y sonreía como tonta, por fin estaba ocurriendo lo que tanto había anhelado. Él le sonrió, acariciando su mejilla y dijo que necesitaba expresar algo que llevaba guardado dentro suyo hacia mucho tiempo. Ella se quedo mirándolo, totalmente desprovista de palabras, y sólo pudo sonreír. Se acerco más a ella, tomando sus dos manos, y cuando separo sus labios para hablarle todo se volvió oscuro.
Se despertó sobresaltada, con lágrimas en los ojos, al darse cuenta que sólo había sido un hermoso sueño. La invadió la tristeza y empezó a llorar, sintiéndose una tonta por haber pensado que eso podía llegar a ser real. Se había dejado engañar por su mente y sus sentimientos una vez más. Sabía que el sueño iba a quedar en eso, en un hermoso hecho que sólo podía suceder en su imaginación, porque las circunstancias eran distintas.
Suspiro, limpiando las lágrimas de sus mejillas, y cerro los ojos, tratando de sacar esas imágenes de su mente, para poder volver a dormir.

miércoles, 30 de abril de 2014

Angustia nocturna

Se despertó en medio de la noche, sintiendo una gran angustia en su pecho, y lo único que pudo hacer fue ponerse a llorar. No sabía lo que provocaban ésas lágrimas, pero fue una reacción instantánea de su cuerpo, lo que necesitaba en ese momento.
Se abrazo las piernas, a la altura de las rodillas, y apoyo su frente sobre ellas mientras seguía llorando. Fue estrechando cada vez más ese abrazo, hasta quedar hecha un ovillo sobre la cama, dejando que las lágrimas siguieran rodando por sus mejillas y muriendo en sus labios. Era un llanto incontrolable, de ésos que inundan por completo el alma, y lo que tenía que hacer era sacárselo de adentro.

jueves, 27 de marzo de 2014

Noche de lluvia


Era tarde, y miraba por la ventana como caían las gotas de lluvia, al igual que las lágrimas por su mejilla. Sentía mucho miedo, temía que lo esperado saliera mal, que todo lo que tenía en su mente se desmoronara con un castillo de cartas tras un fuerte viento. No podía ver que debía ser fuerte y esperar el momento adecuado, que lo que tanto añoraba iba a llegar cuando fuera su tiempo. Pero estaba cegada por sus malas experiencias, que creaban una nube de tormenta en su felicidad. Pensaba que todo iba a ser como siempre, que lo que sentía no sería correspondido y que su corazón estaría herido una vez más. No veía más allá de los malos momentos de su vida y creía que todo iba a terminar siempre igual, que nada cambiaría por más que luchara. Su negatividad, cubría los buenos momentos acontecidos y los hacía desaparecer de su mente, llenando el vacío con malos pensamientos que sólo empeoraban su estado anímico. Intentaba no caer, pero era una pelea difícil de ganar, ya que su experiencia era suficiente como para predecir que eso iba a terminar mal.
La lluvia se intensificaba, al igual que sus pensamientos, y encontró una sola salida para aliviar su pesar. Subió hasta la terraza y se quedó debajo de la lluvia, sintiendo como cada gota que tomaba contacto con su cuerpo iba limpiando sus miedos, haciendo que se calmara y sacara los malos pensamientos de su mente.


lunes, 24 de marzo de 2014

El primer beso

Estaba frente al espejo, arreglándose el cabello, y miraba su reflejo sin poder creer lo que iba a suceder esa noche. Era su primer cita con Matías, después de haberse conocido hace un mes atrás en el bar y de haber pasado cada tarde juntos conversando. Había sido muy tierno cuando le preguntó, y un poco torpe también, porque de los nervios se le atropellaron las palabras en los labios. Ella no necesitó ni un segundo para pensarlo y había accedido a su pedido al instante, con una sonrisa.
Y ahora allí estaba, preparándose para salir con él, buscando en el armario su mejor ropa para estar lo más linda posible. Hacía mucho tiempo que no se entusiasmaba tanto por una salida, o por un chico, pero Matías era diferente a los que ella había conocido. Tenía algo especial que Antonella no sabía describir, pero que le gustaba mucho.
Se miró en el espejo por última vez, arreglando una arruga en su vestido, y salió de su departamento para ir al restaurante donde Matías la esperaba. Caminaba por la vereda, escuchando el ruido de sus tacones con cada paso que daba, y se iba poniendo nerviosa a medida que se acercaba. Tenía miedo de hacer algo y terminar arruinando la cita, o que a Matías no le gustara el look que llevaba y se fuera. Pero su consciencia hizo eco en su mente para tratar de calmarla " Hace un mes que se ven, por algo te invitó, deja de pensar en cosas negativas que te hacen mal y date cuenta que esta puede ser una muy buena noche ". Antonella suspiró, sabiendo que su consciencia tenía razón, y trato de relajarse en las cuadras que le faltaban para llegar al restaurante.
Se detuvo en la puerta, respirando profundamente, y entró con paso decidido al lugar. Buscó a Matias con la mirada pero no lo vio, entonces diviso una mesa vacía junto a la ventana y fue a sentarse allí para esperarlo. Se iba haciendo la hora y él no llegaba, esto puso a Antonella un poco nerviosa, porque siempre era puntual. Sacó su celular y se quedó mirándolo, esperando una llamada o mensaje, pero los minutos pasaban y no había señales de Matías. " Se arrepintió, sabía que esto iba a pasar " pensó con tristeza y cerró los ojos conteniendo las lágrimas " No, llamalo para ver que paso " le dijo su consciencia. Suspiro tratando de calmarse, agarró su celular y marcó el número, expectante a lo que iba a decirle para justificar su demora. El teléfono sonaba, pero nadie lo atendía, corto y volvió a intentar. Estuvo así dos veces, hasta que en la tercera oportunidad, justo antes de colgar, una voz dijo " Hola ". Furiosa, Antonella empezó a soltar reprimendas sobre su impuntualidad, de lo mal que la hacía sentir al dejarla esperando y que no era nada caballero de su parte lo que estaba haciendo con ella. La voz al otro lado la detuvo " ¿Antonella? No soy Matías, soy Fernando su amigo ", abrió los ojos incrédula " ¿Dónde está Matías? Llevo más de media hora esperándolo " le dijo más serena. " No se como decirte esto, pero algo le paso cuando iba a verte " respondió Fernando con la voz quebrada, " ¿Qué sucedió? " le preguntó con un nudo en la garganta " Tuvo un accidente y esta internado en el hospital ". No podía creer lo que escuchaba, fue como si la realidad le diera un golpe y se riera de ella, podía oír la voz de Fernando hablándole, pero solo atinó a escuchar el nombre del hospital y la dirección antes de cortar la llamada y salir del restaurante.
Empezó a caminar a toda velocidad, por lo menos a la que le dejaban los zapatos, y paró un taxi para dirigirse al hospital. Le dio las indicaciones al chofer con rapidez y se recostó en el asiento, tapándose el rostro con las manos, para llorar en silencio. ¿Cómo pudo pensar que le estaba jugando una broma? Se sintió mal con eso y más lágrimas cayeron por sus mejillas. El auto se detuvo frente al hospital, y luego de pagarle al taxista, salió del vehículo para entrar en el edificio. Pasó las puertas principales, y encontró a Fernando en la sala de espera " ¿Cómo esta? " atinó a preguntarle antes de romper en llanto. La abrazó, tratando de calmarla " Esta estable, pero perdió mucha sangre, dicen que necesitan donantes para hacerle transfusión " le respondió. Lo soltó y lo miró " Yo puedo darle de mi sangre, somos el mismo tipo " dijo, decidida a hacer lo necesario para que Matías estuviera bien, y se levantó para buscar al médico. "¿ Estás segura? " le preguntó Fernando al ver su reacción, Antonella se detuvo y lo miro, respondiendo con voz calmada " Él haría lo mismo por mi " se dio vuelta y se puso a hablar con uno de los médicos. Estaba un poco asustada, porque le temía a las agujas, pero el miedo a perder a Matías era mayor, nunca había conocido a alguien como él y no quería que esto terminara si tenía el modo de ayudarlo.
La llevaron a una habitación aparte para hacer la extracción, y ella se quedó acostada en la camilla con la mente pensando en Matías, en lo mucho que quería que mejorara, en poder verlo sonreír, en escucharlo pronunciar su nombre. Fue tanto lo que fantaseo su cabeza que no se dio cuenta de lo rápido que había ocurrido todo, ni siquiera había sentido el pinchazo de la aguja, y ya tenían la sangre necesaria para la transfusión. Se tranquilizó sabiendo que esa ayuda de su parte le iba a hacer mucho bien a Matias y se recostó en la camilla para descansar, como la enfermera le indicaba. Cerró los ojos, calmando un poco su angustia, y se quedó dormida al instante.
La despertó la voz de Fernando " Anto, desperta ", abrió los ojos y lo miró en medio de la oscuridad "¿Paso algo con Matías?" le sonrió y asintió, tendiéndole la mano para ayudarla a levantarse. Caminaron por un pasillo hasta una habitación y Fernando le abrió la puerta " Ya esta mejor y pidió verte ". Entró por la puerta que le sostenía y se acercó a la cama, para ver a Matías allí acostado. Apenas se le acerco, él abrió los ojos, observándola con una sonrisa y dejó escapar un suspiro de sus labios " Estas hermosa, pensé que no iba a volver a verte " dijo en un susurro. Al escucharlo comenzó a llorar y fue hasta la cama para abrazarlo " Anto, estoy bien, y es gracias a vos ", ella lo miró a los ojos y acarició su mejilla " Habrías hecho lo mismo por mi ". Matías asintió y le limpió las lágrimas de los ojos " Si, pero vos sos la que le tiene miedo a las agujas " dijo con una sonrisa, sin dejar de mirarla y tomó su mano " Anto, si no fuera por vos tal vez no estaríamos teniendo esta conversación ". Se quedó mirándolo sin saber que responder, pero él siguió hablando " Lamento que nuestra cita se haya arruinado, pero prometo compensarte ", ella negó y le sonrió " Con saber que estas bien, es suficiente compensación ". Se miraron a los ojos, por lo que pareció una eternidad, y finalmente Matías puso su mano en el rostro de Antonella " Me gustas mucho, creo que desde el primer momento que te vi, pero no había tenido el valor para decírtelo". Ella se sonrojó y se acercó a él, quedando  muy cerca, " Vos también me gustas, Matías " él se sonrió " Es lo que quería escuchar " susurró y la besó.

Después de todo lo que había pasado esa noche ahí estaban, demostrando lo que sentían el uno por el otro con algo tan simple como su primer beso...

jueves, 6 de marzo de 2014

El vacío


Era tarde, se encontraba frente a su computadora chateando con su mejor amigo, y en un momento se le borro la sonrisa del rostro. Empezó a sentir una angustia en el pecho, lo cual le generó un nudo en la garganta y que los ojos se le llenaran de lágrimas. No podía explicar por que se sentía así, no le había ocurrido nada malo en el día, pero sin embargo ese sentimiento de tristeza se había apoderado de ella. 
Miró el monitor, con las lágrimas nublando su vista, y se desahogo con la única persona en quien podía confiar, su mejor amigo. Se conocían hace un año, tal vez no era demasiado tiempo, pero él significaba mucho para ella, era como el hermano menor que no tenía, además que la entendía a la perfección. Le contó como se sentía, mientras se limpiaba las lágrimas de las mejillas, y cuando terminó de escribir se quedó mirando la pantalla esperando la respuesta. Él le preguntó si le había ocurrido algo, y ella le dijo que no, que había sido un día más en su vida. Sabía que era raro sentir esa tristeza sin razón aparente, pero su amigo la iba a entender mejor que nadie y no iba a juzgarla, aunque las palabras de su respuesta la sorprendieron un poco. Le dijo que veía un vacío en ella, que no sabía como llenar, y luego de leerlo se dio cuenta que él tenía razón. Eso la hizo entristecer más y agacho la cabeza llorando en silencio, porque sabía que había dejado que se creara un pequeño espacio para el vacío y la oscuridad en su corazón. 



domingo, 23 de febrero de 2014

Oscuridad

A veces se hundía en sus pensamientos, y todo se complicaba, dejaba de ser la chica dulce y simpática, todo le molestaba, y prefería alejarse del mundo. Cuando trataban de hablarle para ayudarla, las palabras de aliento le parecían vacías y sin sentido, no podía hallar consuelo en ellas, y todo empeoraba.
Cada vez que estaba así lo único que conseguía era hacerse daño, tal vez no físico, pero si mental. Se enredaba en su mente y pensaba lo peor de ella misma, se deshumanizaba por completo y sólo veía lo malo, los errores y los defectos. Ella misma se lastimaba, hundiéndose en un mar de pensamientos del que nadie la rescataba, un lugar oscuro donde no podía ver ni la mas mínima virtud, donde la luz se había apagado para siempre.


miércoles, 19 de febrero de 2014

El encuentro


Estaba sentada en su mesa de siempre, leyendo su libro favorito por décima vez, y cada tanto levantaba la vista para ver la gente pasar. Solía pasar las tardes en el café de la esquina, mirando lo que ocurría y, de vez en cuando, escuchando alguna conversación disparatada.
Pero ella esperaba que algo más interesante sucediera, y pasaba el tiempo, y todo seguía igual. Soñaba con cruzarse a su "príncipe azul" pero sabía que solo existía en los cuentos de fantasía, que la realidad era muy distinta. O por lo menos hasta ese día. 
Seguía en su lectura, que por momentos detenía para escuchar una conversación entre una pareja  de ancianos, hasta que cuando levanto la vista por un segundo lo vio. Estaba sentado en la otra punta del café, y curiosamente también leía un libro, pero lo que más la asombro era que leía el mismo que ella. Se quedó mirándolo lo que pareció una eternidad, y volvió a su lectura, pensando que acercarse sería una locura, que un chico así nunca le prestaría atención. Pero lo que ella no sabía era que, en el momento en que ella desvió la mirada, él la miró, y no era la primera vez que lo hacía. 
La venía observando desde hacía tiempo, mirando sus sonrisas, los gestos que se dibujaban en su rostro, como le caía el cabello en el rostro, en fin, todo de ella. Pero el problema era su timidez, éso no le permitía acercarse a ella. Hasta ese día, cuando reconoció que ella tenía en sus manos el mismo libro que él estaba leyendo. Eso hizo que se interesara más en ella, y lo lleno de valor para levantarse de su mesa. Se acercó lentamente, sin dejar de mirarla, y cuando estaba cerca, ella levantó la vista y sonrió al verlo. Al ver esa hermosa sonrisa caminó más rápido hasta quedar frente a ella y señalo su libro y el de ella, advirtiendo la coincidencia. Ella se rió y lo invitó a sentarse, no podía creer que se hubiera acercado a hablarle. Él se sonrió y se sentó junto a ella, pensando en si debía decirle la verdad o no, pero primero tenía que presentarse.
- Hola, soy Matías - le dijo cortesmente - Antonella, un gusto - le respondió con una sonrisa, estrechando la mano que le tendía. - Disculpa que te estuviera mirando, es sólo que me llamó la atención que ambos estábamos leyendo el mismo libro - dijo algo sonrojado - No te preocupes, yo también te estaba viendo - respondió Antonella en un susurro. La miró, asombrado, y tomo coraje para decirle la verdad - Anto, no es la primera vez que te veo - se detuvo un segundo, pero continuo - Hace algún tiempo que vengo acá, y es sólo para poder mirarte- tragó saliva, algo nervioso, y siguió - Me pareces una chica muy hermosa, me gusta tu sonrisa, tus gestos, el modo que te cae el pelo sobre el rostro, todo de vos -. No podía creer lo que escuchaba, ¿ese chico estaba interesado en ella? ¿no estaba soñando? - ¿Me estas hablando en serio Matías? - le preguntó incrédula. Él asintió, extrañado, y la miró - ¿Pensas que te juego una broma?. La primera vez que te vi me quedé pensando en como una chica tan hermosa podía estar sola - tomo su mano y se la besó. Ella se sentía como en un sueño, no sabía como actuar ni que decir, -Anto, todo lo que digo es cierto, me interesas de verdad y me gustaría poder conocerte mejor - la miró y le sonrió. - Matías, cuando te vi me pareciste interesante, y ahora que hablo con vos veo que no estaba equivocada - dibujó una sonrisa en su rostro - A mi también me gustaría conocerte mejor -. Le sonrió y volvió a besarle la mano - Gracias, prometo que no vas a arrepentirte - ella sonrió y lo miro diciendo - Eso lo voy a saber al final del día - se rió tiernamente y él se sonrió, agradecido por la oportunidad.
Pasaron el resto de la tarde hablando, y cuando se acercaba la noche se despidieron, prometiéndose volver a verse al día siguiente en el bar. Tal vez ese día Antonella había encontrado realmente a su "príncipe azul", pero tenía que esperar que el tiempo le diera la razón.

martes, 18 de febrero de 2014

Noche solitaria

Era una noche estrellada, perfecta para estar acompañada, pero su realidad era otra. Se recostó sobre el césped para admirar el cielo y pensar. No podía creer todo lo que había pasado y perdido. Aquellos días felices habían quedado atrás y su futuro era incierto.
Se sentía pequeña en la inmensidad de la noche, desprotegida, y no tenía quien la ayudara. Creció una angustia en su pecho y las ganas de llorar la invadieron por completo. Sabía que ésto era sólo una etapa, que debía ser fuerte ante su soledad, paro las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos de una manera incontrolable. Giró, quedando de lado, y se abrazó el cuerpo, dejando que las lágrimas cayeran y limpiaran su alma.
Era su peor momento, se sentía vulnerable y odiaba demostrarlo, porque ella siempre había sido fuerte. Pero esa noche la situación era otra, la soledad y la angustia la habían consumido


lunes, 17 de febrero de 2014

La soledad

Todo era una pesadilla, de la cual no podía despertar. Se encontraba más sola que nunca y eso la atemorizaba, porque siempre había tenido alguien en quien confiar, pero eso se había terminado. Todos se habían alejado, habían cortado los lazos y dejado a la deriva. 
En estos momentos lo único que hacía era llorar en silencio, tratando de entender su nueva realidad. Ahora el mundo le parecía más frío y gris, y todo había perdido su sentido. No sabía que hacer con su vida, pero no iba a tomar ninguna decisión drástica, planeaba volverse fuerte y recuperar todo lo que amaba. Ésa era su nueva misión.


domingo, 16 de febrero de 2014

Enamorada

Solamente con su sonrisa podía hacer que el mundo se detuviera y que no le importara nada mas. Su mirada la hipnotizaba, enamorándola cada vez mas, atraída por el hechizo de sus ojos.
Nadie había logrado hacerla sentir así antes, era algo que no podía explicar con palabras, porque cualquier cosa que dijera no era suficiente para expresar todo el amor que sentía. Nunca había conocido a alguien que con solo hablarle le sacara una sonrisa, quien con un abrazo y un "Todo va a estar bien" calmara su angustia, y por sobre todas las cosas alguien, que con un solo beso le llenara el corazón de felicidad.